Lucha Libre.
Para los que no conocen este deporte, particularmente los que viven fuera de México es algo inusual y divertido el ver una pelea de lucha libre mexicana el bien contra el mal, rudos contra técnicos y a veces hasta contra el "referi", el colorido, las mascaras, el espectaculo, las mentadas de madre del público, el dilema de saludar o no al enemigo, los topes, vuelos, llaves y contrallaves. Desde que tengo uso de razón a mi me gusta la lucha libre, incluso en mi boda baile con la máscara puesta de mi idolo ATLANTIS, siempre me ha gustado el bando de los limpios, para mi son los más pulcros en todos los sentidos y dan ejemplo de ello cada que se suben al ring, para los que tienen la duda existe un documental en NETFLIX que se llama Nuestra Lucha Libre, donde se podrán empapar más de este deporte.
El texto de hoy no es de autoría de un servidor, es del eminente cirujano Octavio Ruiz Speare, si recuerdan mi post pasado que lleva por nombre "Circulo de ganadores" una de nuestras pacientes nos leyó un texto redactado por el ya citado cirujano. Pues en este contexto y dentro de las actividades del mismo circulo, les pusieron un Cuadrilátero dentro del hospital, se subieron los que quisieron (enfermos y no enfermos de cáncer), a hacer lo que el cuerpo les permitía (llaves, vuelos, alguno que otro golpe), eso sí con la asesoría de los luchadores profesionales que se prestaron para la actividad, la verdad es que yo solo ví el ring de lejos, bueno pues de todo esto el Dr Ruiz Speare me dejo transcribir su carta y compartirla con los lectores, la transcribo fielmente y subo una foto de la misma, la verdad es una delicia, espero la disfruten como un servidor, destaco que el Dr Ruiz les leyó la carta a los pacientes ataviado como luchador y cirujano.
LUCHA LIBRE
Es un privilegio el compartir con todos ustedes este día de regocijo y triunfo con el Circulo de Ganadores.
Se preguntarán quien soy YO?
Bueno yo también pertenezco al grupo de luchadores solamente que como mi indumentaria lo muestra mi ring ha sido por mas de 40 años la sala de operaciones luchando como cirujano.
He perdido la cuenta de en cuantos combates he participado pero les puedo hacer una reseña resumida de ellos.
He perdido la cuenta de en cuantos combates he participado pero les puedo hacer una reseña resumida de ellos.
- Nunca he luchado solo contra el adversario.
- Siempre he luchado el estilo que en la lucha libre se denomina:
- "de parejas"
- "relevos australianos" y en
- "batallas campales"
- "Nunca nos han sacado del ring".
- "Siempre hemos sido de los llamados limpios".
Mis parejas siempre han sido los denominados "pacientes" y son los que la mayoría de las veces
han estado con la espalda contra la lona, Ahí es donde yo, con destrezas y conocimientos
aprendidas durante muchos años, los he rescatado antes de que les cuenten los 3 segundos
con los hombros pegados a la lona, pierdan la caída y con dos caídas perdidas los saquen de la pelea. En ocasiones me he tenido que lanzar desde la tercera cuerda, fingir que estamos derrotados, picar ojos y dar golpes no permitidos, para lograr derrotar a los "sucios".
Las luchas que hemos experimentado entran dentro de diversas categorías de acuerdo al adversario que nos hemos enfrentado.
En la categoría AA, nos enfrentamos con adversarios débiles, sencillos en donde con nuestras destrezas y valores fácilmente los derrotamos en dos caídas, y prácticamente hemos sido invencibles. Aquí nuestros adversarios han sido hernias, las vesículas, las apéndices, las hemorroides y uno que otro colon.
En la categoría triple AAA, los adversarios tienen otras características dependiendo de cada una de ellas, pero quizás la principal es el temor que infunden desde antes de iniciarse la pelea, y generalmente te atacan por sorpresa sin haberse anunciado previamente.
Los nombres de estos adversarios contra los que hemos luchado por tantos años son:
- La insuficiencia renal.
- El trauma.
- El cáncer.
Para estas peleas debemos prepararnos en conjunto, física y psicológicamente para el día de la contienda. La lucha es generalmente rápida, no dura más que un par de horas y nunca hemos perdido una batalla en el ring.
En ocasiones tiempo después pueden suceder hechos súbitos por aparecer otros contrincantes como lo son el rechazo y las infecciones. Ante esta circunstancia se vuelve una verdadera "batalla campal", pero con la experiencia y recursos casi siempre salimos victoriosos.
Contra el trauma la situación es diferente, pero la lucha es la misma. Aquí atacan en forma súbita, inesperada y nos toman por sorpresa. Sin embargo, mi pareja es generalmente joven, fuerte y con un poder de recuperación admirable. Aquí mi estrategia es evitar que sus espaldas toquen la lona y perdamos esa caída. En cuanto al logro que se levanten, su poder de recuperación es admirable y también casi siempre salimos victoriosos del ring.
El tercer enemigo contra el que nos enfrentamos en esta Categoría es el Cáncer, todos ustedes han sido partícipes en esta lucha y este momento es precisamente para celebrar su victoria.
Pero quizás en esta categoría de lucha es donde quisiera centrar mis comentarios.
Este es de los "sucios", ataca en forma traicionera, sorprende y posee numerosas llaves prohibidas.
Para luchar contra este rival mis parejas han sido de lo más diversas: de todas las edades, y ambos sexos. Algunos llegan fuertes y otros debilitados, unos optimistas y otros deprimidos, unos conociendo a quien vamos a enfrentar y otros lo ignoran. Pero todos en el momento de subir al ring llevan las mayores fortalezas que pueden existir en estas luchas, la esperanza del triunfo y la confianza en su pareja. En esta categoría la lucha puede terminar en solo dos caídas y salir triunfantes, en ocasiones se alarga a tres caídas y cuando la situación lo amerita se prolonga por tiempo indeterminado convirtiéndose en una verdadera batalla campal llegando oncólogos y radioterapeutas como relevos para lograr el triunfo.
Ustedes han estado en esta lucha, han estado con las espaldas contra la lona, algunos han estado fuera del ring y se han levantado para triunfar.
Este ejemplo y deseo de luchar y triunfar de nuestras parejas es lo que más fuerzas y ánimos nos dan para seguir en esta profesión de luchador en donde ustedes se han llevado todos los golpes.
¿Qué he aprendido de mis parejas durante tantos años como luchador?
Estas han sido miles, y de cada una de ellas he aprendido algo:
- Me regalaron lo más valioso que es su confianza.
- Me enseñaron a no rendirse y siempre dar su mejor esfuerzo.
- A disfrutar cada momento de cada día.
- La lucha es más importante que el resultado final.
- No luchar contra los retos de la vida, sino abrazarlos.
Ha sido un verdadero privilegio el poder haber expresado mi experiencia como luchador.
Muchas gracias Doctor Octavio Ruiz Speare.
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